Escrito está que la Circuncisión de nuestro Salvador y Príncipe de Paz, en la persona de Jesús el Cristo, acontece en el 8vo. día posterior a su nacimiento. Recordemos que el número 8 representa dos anillos, LAS ALIANZAS (o la Gran Alianza, que es SÓLO UNA): la del Ser Hombre con el Ser Divino, la de Dios con el hombre. Algo más ocurre en ese Acto. ÉL RECIBE SU NOMBRE (Jesús) en ese momento. NO ANTES (para la cuenta cronológica, ya que Es-Quien-Siempre-Ha-Sido-Y-Siempre-Será). Pero, reitero, para la cuenta cronológica, recibe EL NOMBRE en el 8vo. día. Desde una perspectiva simbólica, todos RECIBIMOS NUESTRO NOMBRE (NUESTRO DESTINO) bajo la vibración 8, es decir, CUANDO AMAMOS NUESTRA HUMANIDAD Y NUESTRA DIVINIDAD POR IGUAL. Ese es nuestro 8vo. día. Antes de esto, si no INTEGRAMOS y NO AMAMOS NUESTRA HUMANIDAD Y NUESTRA DIVINIDAD (potencial divino), NO TENEMOS DESTINO. ESTAMOS A LA DERIVA. ¡Cuidado! Tener UN NOMBRE/UN DESTINO ES TENER UN PUERTO, UN NORTE, UNA BRÚJULA, UNA DIRECCIÓN. Y ES HABER PODIDO INTEGRAR ESTOS DOS ASPECTOS ESENCIALES DE NUESTRO SER ÚNICO.
Dios los cuida a todos en su 8vo día también. Los quiero mucho.
San Lucas, Cap. 2-21 "Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, el nombre dado por el ángel antes de que El fuera concebido en el seno materno".
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