Los pelícanos se marchan * 19º Sagitario

Estuve meditando estos días acerca del encuentro del Sol y Saturno en el grado 19 de Sagitario.  Ya se encontraron.  En simbolismo de números, bien sabemos que el Sol está representado por el 1 y Saturno, por el 8.  Es una combinación poderosa también desde el punto de vista del Tao de elementos del maravilloso Libro de las Mutaciones: 1 es Cielo, 8 es Tierra.  O todo se estanca (Hexagrama 12, Cielo arriba, Tierra abajo) o adviene la paz (Hexagrama 11, Cielo abajo, Tierra arriba).    El 1 y el 8 nos llevan al último dígito de la serie, el 9.  Algo tiene que terminar bien.  No puede haber comenzado para nunca acabar.  Tiene que tener su ciclo y luego repetirse a sí mismo.  Pero debe cerrarse.  El 8 ya contiene en sí mismo al nueve en su interno, sumando desde la unidad: 1+2+3+4+5+6+7+8 = 36 = 9.  El 8 es un 9 en su interior.  El poder (8), el pacto (8), el contrato con la vida (8) es poder realizar (9) cerrar un proceso (9) reNOVARse (9).  No hay 8 sin 9.  No hay poder (8) sin realización (9).  No es el resultado, sino el atreverse.  No es que salga "bien".  Es que salga, que se haga.  Esto también lo sabemos muy bien quienes dedicamos algunas horas de nuestra vida al estudio y la investigación de lo simbólico.  El problema del 9 es buscar el resultado, competir.  Y en realidad, la cuestión es participar, compartir.

Me fui de tema.  Les decía que se encontraron Sol y Saturno en ese grado del Centauro.  Y allí están los pelícanos marchándose...  Se van.   Llevan su cría a otra parte, a un lugar donde no sean perturbados por la gente, por el mundo.  (Esta es la imagen que visualizó la señorita Wheeler trabajando junto al gran Marc Edmund Jones y que conocemos como Símbolos Sabianos).  Ahora bien, hace tiempo observo que casi ya no se mencionan las dodecatemorias, la doceava porción de cada signo, esos 2.5 grados (como 12 porciones de una torta) en que se divide cada signo en sí mismo...  Al grado 19 de Sagitario le toca la porción decorada de Cáncer.  Signos en ajuste, en quincuncio, a 150 grados de distancia entre sí.  Un grado 19 de cualquier signo siempre es un grado de ajuste en sí mismo, es la porción de torta "medio extraña", cuya decoración no combina con el relleno.  Sagitario es Fuego, mutable, de polaridad positiva.  Cáncer es Agua, cardinal, de polaridad negativa/receptiva.  

Para quienes portamos nuestra Luna natal en Sagitario, esta combinación ya nos apetece.  La encontramos -por así decirlo- sabrosa.  Es lo que hay y lo que hubo siempre.  Es nuestro salón de clases, el aula de toda la vida.  Un espacio de protección pero, al mismo tiempo, de expansión.  La vida emocional (Cáncer) requiere de un "aprendizaje" (Sagitario) que dura desde la cuna al cementerio (dormitorio, según los griegos).  Una suerte de ajuste permanente entre lo reactivo y lo dispositivo, entre la entrega al presente y la reacción desde el pasado.  Antes de echarnos a dormir el sueño eterno, habremos de haber aprendido algo.  

Así que los pelícanos se marchan a otro salón de clase y llevan lo más valioso (sus bebés) porque quieren que crezcan sanos y robustos.  El pelícano es un ave acuática (Cáncer) y que da mucha protección a sus crías (las alimenta cubriéndolas con su ala).  El pelícano de esta imagen sigue aprendiendo, y ahora está aprendiendo a cuidar lo que va a crecer, expandirse y vibrar con el tono de la vida plena.

Y nosotros, ¿qué estamos protegiendo y cuidando?  ¿Qué necesita crecer, advenir, materializarse, dar fruto en nuestra presente encarnación?

Los pelícanos se marchan...  Que encontremos todos un espacio cálido, amplio, luminoso... a orillas de las aguas, refrescante... donde aprender no sea fácil, pero sea tan poderosamente vital que olvidemos las dificultades para abrazar la Presencia de lo que está siendo Aquí y Ahora.  Que las bendiciones sean. AQ.