"Reconozco a aquellos ministros, hermanas, sacerdotes que trascienden la letra, la literalidad, y aman la Vida, la pluralidad, con la base del respeto. Ciertamente, los vínculos entre homosexuales están vistos bajo la lupa del desborde, lo cual no se aleja del todo de la realidad. Con tanta represión, el caudal sexual no se vuelca de la misma manera que cuando ha podido expresarse en sanas dosis, como cualquier persona merece que su energía de vida se exprese. No obstante, el amor está más allá. No es genitalidad, aunque puede incluirla , si fuera el caso. El amor es compromiso para crecer como seres únicos e indivisibles (individuos) pero desde la sagrada unión de las almas.
Les aseguro que la experiencia hace la diferencia. No hay comprensión que pueda estar separada de lo vivencial. Cuando al pie de la cama de Claudio, en su últimas horas, el sacerdote del hospital se acercó para tomar nuestras manos (aunque mi pareja no estuviera consciente de ello) y bendecir nuestra unión de quince años, mi educación católica pasó a tener un sentido real en mi vida. Supe que había crecido en el dolor de una infancia y una adolescencia reprimida (el dolor de Ser) para que llegara el momento en que un ministro de la iglesia católica dejara los "valores institucionales", y los trascendiera, para mirar nuestro amor con los ojos de Cristo". Alex Q-
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