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Reflexiones II

Para hablar, muchas veces hay que leer, investigar, cuestionar, y cuando mucho, callar si nuestras palabras no mejoran el silencio.
En el capítulo 18 de Levítico (A.T.) encontramos un listado de actos permitidos y prohibidos, conforme a la conciencia imperante en el momento, obviamente. Principalmente, de actos relativos al comportamiento sexual, dentro y fuera de la familia, muchos de ellos para garantizar la soberanía de la raza. Pero, claro está, a la hora de tomar "bibliografía sagrada" para invadir la privacidad del prójimo, para afectarlo y denostarlo, todo vale. Y la ignorancia, lamentablemente, es una puerta que está abierta a cualquier fantasma del poder con "p" minúscula.
Así, claramente leemos que en ese tiempo el "no te recostarás con un hombre como se hace con una mujer" es paralelo al "no darás a tu hijo en sacrificio para Molech (dios pagano)". Ahora bien, realmente y con una mano en el corazón y la otra en la cabeza, ¿algún ser que se precie de llamarse humano puede tomar estas literalidades como regla de oro para su vida? ¿Había que decirle al pueblo que evitara matar a sus hijos para honrar a su/s dios/es? El anacronismo no supera ninguna prueba de lógica, cuando menos de amor por la vida. Vivamos conforme al corazón para no traer sufrimientos inútiles a nuestra existencia. Alex Q.

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