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Noviembre de 2012 - Por Alex Quaranta

Noviembre de 2012 - Por Alex Quaranta

Voy a dedicar unos minutos a noviembre de 2012. Para comenzar, diré que desde hace 9 años no vivimos un noviembre con esta configuración simbólica. La última vez fue en 2003.

Nuevamente, como aquel noviembre, la historia que trae el mes es la de Atlas.      La narración involucra una lucha, un castigo. El titán pierde la contienda con los dioses del Olimpo.  Y, bueno... La condena era cargar con la Tierra sobre la espalda... o los hombros. Y no importa cuán fuerte haya sido Atlas, el dolor lo sintió, y de su boca brotaron gritos de angustia y pesar.

¿Y qué hay con todo esto? Quizás, una reflexión. Nada más. ¿Cuál? No podemos hacernos CARGO de todo y de todos. Y no podemos significa simplemente eso.   Que no podemos. Por más que lo intentemos, la batalla está perdida de antemano. No podemos. Sólo PODEMOS hacer algo con nosotros. ¿Por qué? Porque el PODER es personal. El PODER -desde el orden de lo simbólico- no se transmite por herencia, ni se adquiere por compra, ni se alquila, ni se ofrece en comodato gratuito u oneroso... Nada de eso. El PODER es como el número 8. Cae bajo el mismo simbolismo. Y todo lo que CAE bajo el 8 es también VIDA. Eso representa este número. Vida y circulación. Y a la vida llegamos con el PODER (talentos y dones) que el Creador nos otorga y de ella nos vamos con las lecciones aprendidas. Pero, solitos y solos. Y circulamos por la ruta de la vida para DAR y RECIBIR. O sea, circular. Sencillo. O no tanto, claro. 

Introduje el tema del 8 para que la reflexión acerca del PODER sea más contundente. Pero el número de este ciclo de noviembre es el 7. Que nos prepara, nos guste o no, para el 8 que vendrá el próximo mes.

Decía que transitamos ahora un 7 que deriva de la vibración 16. Este último número es 4 veces 4. Y como el 4 simboliza ORDEN y DIRECCIÓN y muchas veces no estamos centrados y perdemos el eje, el 16 nos viene a recordar que quizás -por momentos- hayamos basado nuestro accionar en CAPRICHOS... Y los CAPRICHOS tienen la capacidad de edificar. Sí, escucharon bien. Los caprichos edifican porque tienen la sustancia (arena y cal) de la DETERMINACIÓN. Pero, lamentablemente, edifican al revés. Porque no tienen un plano de obra. Entonces construyen a su antojo.         

Y en vez de poner a su equipo de trabajo por fuera del edificio, los caprichos ponen a sus obreros a construir el edificio por dentro, sin objetividad, sin ver el terreno sobre el que construyen, sin reparar en el entorno, en la geografía, en nada.           Y estos trabajadores, sin darse cuenta se encierran en su propia construcción. Tapan los orificios destinados a puertas. Cubren las aberturas destinadas a ventanas. Y luego, ¿qué imaginan que ocurrirá? Se quedan sin aire y deben derribar toda la construcción (mal hecha) para liberarse de la prisión que ellos mismos se fabricaron.  Y los caprichos también quedaron atrapados, obviamente. Una energía no utilizada constructivamente. Y necesitarán ser soltados para transformarse justamente en eso: energía constructiva, de la verdadera.

En pocas palabras, hacernos CARGO de lo que no nos corresponde pone en marcha un mecanismo de DETERMINACIONES ARBITRARIAS (caprichos) porque no vemos lo que es NUESTRO (dones y talentos) y queremos hacernos cargo (cuando no disponer también) de los dones/talentos y energía de los demás. Cargamos el MUNDO sobre nuestros hombros. En nuestra mente. En nuestro cuerpo. Queremos y deseamos lo que no nos corresponde por derecho de conciencia.

Noviembre de 2012... Vamos, vamos, que el mes que viene hay que dar examen. Vienen los finales. Y "alguien" nos preguntará en voz muy bajita y sutilmente:     "Mi bienamado, ¿qué has hecho con lo que te di y confié al traerte a la vida?"

"...Y designó Salomón setenta mil hombres para llevar cargas, ochenta mil para labrar piedra en los montes y tres mil seiscientos para dirigirlos..."                        2 Crónicas 2:2

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