Algunos, como a una fruta, con madurar les basta. Y se dejan retirar del árbol para que su propósito se cumpla en tiempo y forma. Otros, en cambio, necesitan caer a tierra, quebrarse el pellejo, romper su pulpa y derramar su jugo... para provecho de nadie. (AQ).
Colguémonos de una estrella y balanceándonos, olvidemos que mañana será nunca. (AQ).
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